Fases de sueño por las que pasa un bebé.
Al dormir, todos atravesamos diferentes fases de sueño, pero las fases de sueño de un bebé no son las mismas que las de un adulto. Es muy interesante que los padres conozcan cómo funciona el sueño en los bebés para que comprendan su patrón de sueño, el porqué de los despertares nocturnos y por qué es desacertado el entrenamiento del sueño.
Un adulto pasa por 5 fases de sueño, 4 subfases de sueño No REM (movimiento ocular no rápido) divididas en sueño ligero y sueño profundo, y una fase REM (movimiento ocular rápido), un tipo de sueño muy ligero.
El patrón de sueño de un bebé recién nacido sólo tiene dos de las cinco fases. Ellas son: sueño profundo y fase REM.
Esto se da porque un recién nacido necesita despertarse varias veces en la noche para alimentarse. Si tuviera cinco fases necesitaría mucho más tiempo para dormir, y no podría alimentarse tantas veces como tiene que hacerlo. De ahí que su sueño se mantenga más tiempo en la fase REM, menos profundo y más receptivo a los cambios del entorno. Y seguidamente pasa a la fase de sueño profundo (no REM) del que pueden salir fácilmente despertándose. Y así toda la noche alternan ambas fases.
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De modo que resulta muy importante que se comprenda esto para entender por qué no es sano intentar modificar el patrón de sueño de los niños. También se entiende por qué quienes defienden el colecho (dormir con el bebé) sostienen que es más natural que cualquier otra forma de hacer dormir al bebé. Ya que en cuanto se despierte con hambre tendrá cerca a su madre para alimentarse (hay veces que el bebé mama y ni él ni la madre se enteran) y además se despierta menos por la noche, pues al tenerla cerca no siente la necesidad de llorar para buscar su calor.
Volviendo a las fases de sueño, es alrededor de los seis meses cuando el bebé adquiere el resto de las fases. Pero ello puede llevar su tiempo, pues el bebé debe aprender a “usarlas”. Primero, comienza con un período de adaptación, en el que el niño va practicando “cómo dormir”. Habrá noches que se despierte muchas veces, otras menos y tal vez alguna, alrededor del medio año, hasta que por fin pueda dormir de un tirón.
Alrededor del año es cuando el niño comienza a tener microdespertares (pequeños lapsos de despertar que son una respuesta innata del ser humano a estar en constante alerta). Si a los microdespertares le sumamos los miedos nocturnos, las pesadillas y demás hitos nocturnos que suceden en la infancia, darán lugar a que alrededor de tres o cuatro años los constantes despertares por la noche son absolutamente normales.
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